PAUTAS

Comenzar practicando las secciones de la pieza más difíciles, que son las que requieren más tiempo.

Es recomendable estudiar la pieza por segmentos, principalmente Compás por Compás (CxC), básicamente practicamos un compás completo hasta la primera nota del siguiente compás, tocar esta última nota es importante, a esto se le conoce también como la regla de la continuidad, ya que esa última nota nos servirá de anclaje para el siguiente compás. El sistema CxC puede tener sus variantes según el nivel de dificultad de la pieza, si estamos hablando de una partitura que no podemos tocar a primera vista con la velocidad real, pues tendremos que estudiarlo en segmentos, por compas, quizás medio compás o hasta menos, con manos separadas y posteriormente juntas. Después al ir dominando cierto número de compases podemos hacer segmentos más largos divididos en frases.

Estudiar manos separadas, esto es muy importante porque la mayor parte del desarrollo técnico se adquiere tocando una mano y luego la otra, a su vez intercalar las manos, de esta manera cuando una mano está descansando la otra se está ejercitando, es recomendable regular el tiempo de cambio de mano, lo idea es que la mano que descansa no se enfríe y la que está tocando no se agote. A medida que vaya perfeccionando la pieza con las manos juntas el uso de manos separadas debe ser menos. Cabe mencionar que si usted puede tocar directamente la pieza con ambas manos cómodamente, puede no hacer uso del estudio a manos separadas.

La velocidad utilizada a manos separadas debe ser mayor a la usada con manos juntas, significa que si deseamos aumentar la velocidad con ambas manos, debemos aumentarla primero con manos separadas.

Cuando nos encontramos con pasajes de gran dificultad lo mejor es irlo armando así sea de a dos notas, haciendo uso del concepto quebrado de acorde, la instrucción es básicamente ejecutar las dos notas simultáneamente, como si fuese un acorde, al hacer esto hemos tocado a la máxima velocidad o velocidad infinita, más rápido que eso imposible, lo siguiente es reducir la velocidad quebrando el acorde, haciendo un sutil retraso en la segunda nota (es recomendable tener una apta relajación, junto con una adecuada ejecución sobre las teclas), luego podemos anexar una nota más, ahora el acorde es de tres notas, entonces el sutil retraso abarcará las tres notas del acorde, una seguida de la otra. Si observamos estamos transformando una melodía en un acorde para luego convertirlo nuevamente en melodía, lo intuitivo nos diría que debemos tocar lentamente con metrónomo hasta alcanzar la velocidad correspondiente, mientras que lo anti-intuitivo nos dice lo contrario, transformar esa melodía en grupos de notas en forma de acordes y partiendo de la velocidad infinita hacer los respectivos quiebres de acordes.

La parte de la memorización para algunos estudiantes les puede parecer algo tedioso, esto no debería ser así, la memorización correcta es natural, casi sin esfuerzo, es un resultado de la práctica. Lo conveniente es memorizar la pieza a medida que la vamos estudiando. Para tener la certeza de que nuestra pieza está bien memorizada, debemos hacer uso de la ejecución mental, tener la facultad de tocar la pieza en nuestra mente, sin usar el piano. Esta herramienta de tocar mentalmente puede ponerla en práctica en cualquier momento en el transcurso del estudio de una pieza. Esto se convierte en una ventaja porque puede practicar en cualquier lugar donde esté, ya que el piano lo lleva dentro de usted. Cuando pueda ejecutar la pieza tanto mentalmente como físicamente su seguridad y confianza con respecto al temor de tener vacios de memoria se incrementará exponencialmente. La ejecución mental debe convertirse en un hábito y lo mínimo que debe lograr usted es poder tocar mentalmente a manos separadas.

El uso de la ejecución lenta debe estar enfocada en conseguir una solida memorización y una interpretación sin errores, si puedes tocar rápido, estudiar lento no debe darle problema, el problema es cuando estudiamos lento sin saber tocar rápido. Intuitivamente comenzamos a aprender una pieza nueva lentamente, a veces con el uso del metrónomo para aumentar paulatinamente la velocidad, así gastamos mucho más tiempo y probablemente nos encontraremos con barreras de velocidad, ya que los movimientos de las manos al tocar lento son distintos al tocar rápido, si consideramos el caminar de un caballo, los movimientos a paso de trote son diferentes a cuando va a paso de galope. Tocar una vez lento al final de la práctica es muy saludable o cuando practicamos manos separadas antes de cambiar de mano. Al tocar lentamente es importante procurar mantener el mismo movimiento que cuando se toca rápido.

El uso del metrónomo debe ser moderado, no es recomendable usarlo por largo tiempo, esta herramienta es solo para comprobar la velocidad y la precisión, procura no usarlo seguido más de 15 minutos, el verdadero metrónomo debe ser nuestro propio impulso interno.

Es preferible dejar a un lado los ejercicios repetitivos como Hanon, tienen poca musicalidad, son muy mecánicos y hacen que el cerebro tenga menos participación, los buenos ejercicios son los que nos ayudan a incrementar nuestra resistencia mental. Usted mismo puede llegar a construir sus propios ejercicios con ayuda de los segmentos de las piezas que está estudiando, haciendo variaciones en el ritmo, en el acento y en la velocidad, de esa manera aprovechará más el tiempo. Si desea hacer un calentamiento antes de entrar en materia es preferible realizar escalas, arpegios, inversiones o tocar alguna pieza de su repertorio.

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